El tifón Fung-wong salió este lunes de territorio filipino, pero dejó tras de sí un panorama crítico: al menos cinco personas fallecidas, más de un millón de desplazados y comunidades enteras inundadas o sin electricidad.

La tormenta impactó la costa este la noche del domingo con la fuerza de un supertifón, arrasando viviendas frágiles, tumbando árboles y provocando crecidas repentinas en varias provincias. Su llegada ocurrió apenas días después de que el tifón Kalmaegi devastara amplias zonas del país, donde dejó más de 200 muertos.

Provincias anegadas y evacuaciones masivas

Desde las primeras horas del lunes comenzaron las tareas de limpieza en regiones tan distantes como Cagayan, en el norte, y Catanduanes, mil kilómetros al sur, donde las inundaciones alcanzaron niveles inéditos.

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