La canción es la misma: de la necesidad de una reforma laboral ya se hablaba en el tercer gobierno de Perón , medio siglo atrás. De entonces a hoy, los números que indican que es necesario algún cambio no hicieron otra cosa que empeorar.

Los datos más frescos dicen que el 37,7% de los trabajadores son informales. Casi cuatro de cada diez. No tienen obra social, aguinaldo, horas extras o vacaciones pagas, por ejemplo.

A la vez, no aportan al sistema previsional (pero eventualmente querrán o necesitarán jubilarse) y no pagan impuestos.

Sucede que, con una tasa de desempleo de 7,6%, el problema de la Argentina no es la falta de trabajo, sino la mala calidad de este . Porque incluso dentro de los trabajadores en blanco, hay un porcentaje importante de “encubiertos”.

Lo explicó Sant

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