WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump recibió al mandatario sirio Ahmed al Sharaa en la Casa Blanca el lunes, dando la bienvenida a un Estado que solía ser un paria a una coalición global encabezada por Estados Unidos para luchar contra el grupo Estado Islámico.

Al Sharaa llegó a la Casa Blanca aproximadamente a las 11:30 de la mañana y poco después comenzó la reunión en el Despacho Oval, a cual no tuvo acceso la prensa. El presidente sirio ingresó al edificio a través de la avenida Ejecutiva Oeste, adyacente a la Casa Blanca, en lugar de la entrada del Ala Oeste que normalmente se utiliza para el arribo de gobernantes extranjeros. Salió de la mansión presidencial unas dos horas después, y saludó a una multitud de simpatizantes reunidos afuera antes de subir a su caravana.

“Haremos todo lo que podamos para que Siria tenga éxito porque eso es parte del Oriente Medio”, declaró Trump ante los reporteros más tarde el lunes. Con respecto a Al Sharaa, el mandatario estadounidense dijo confiar "en que él podrá hacer el trabajo".

En un comunicado, el ministerio de Relaciones Exteriores de Siria manifestó que la reunión fue "amistosa y constructiva".

Trump “ratificó la disposición de Estados Unidos para proporcionar el apoyo que el liderazgo sirio necesita para asegurar el éxito del proceso de reconstrucción y desarrollo”, agregó el comunicado.

Indicó también que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, se reunió posteriormente con el ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Asaad al Shibani, y el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, quienes llegaron a Washington el lunes, y que acordaron proceder con la implementación de un acuerdo alcanzado en marzo entre Damasco y las Fuerzas Democráticas Sirias —encabezadas por los kurdos— para integrar a las FDS al nuevo ejército sirio. La implementación del acuerdo se ha estancado repetidamente en medio de tensiones entre ambas partes. No estaba claro qué pasos concretos se acordaron en la reunión del lunes.

El comunicado señaló que "el lado estadounidense también ratificó su apoyo para alcanzar un acuerdo de seguridad con Israel", pero no mencionó cómo había respondido Siria.

La visita de Al Sharaa es la primera a la Casa Blanca por un jefe de Estado sirio desde que el país del Oriente Medio se independizó de Francia en 1946, y se llevó a cabo después de que Estados Unidos levantara las sanciones impuestas a Siria durante las décadas en que el país estuvo gobernado por la familia Assad. Al Sharaa encabezó las fuerzas rebeldes que derrocaron al presidente sirio Bashar Assad en diciembre pasado, y fue nombrado gobernante interino del país en enero.

Trump y Al Sharaa —quien alguna vez tuvo vínculos con Al Qaeda y enfrentaba una recompensa de 10 millones de dólares que Estados Unidos ofrecía por su cabeza— se reunieron por primera vez en mayo en Arabia Saudí. En ese momento, el mandatario estadounidense dijo que Al Sharaa era un "joven atractivo. Tipo duro. Pasado fuerte, muy fuerte. Luchador". Fue el primer encuentro oficial entre Estados Unidos y Siria desde el 2000, cuando el entonces presidente Bill Clinton se reunió con Hafez Assad, el padre de Bashar Assad.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que la visita del lunes forma "parte de los esfuerzos del presidente en la diplomacia para reunirse con cualquier persona en el mundo en búsqueda de la paz".

Un funcionario con conocimiento de los planes del gobierno indicó que el ingreso de Siria a la coalición global que lucha contra el grupo Estado Islámico le permitirá trabajar más de cerca con las fuerzas estadounidenses, aunque el nuevo ejército sirio y las Fuerzas Democráticas Sirias ya habían estado combatiendo al grupo.

Antes de la llegada de Al Sharaa a Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó para levantar las sanciones sobre el presidente sirio y otros funcionarios del gobierno, una medida que el embajador estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, consideró que era una señal firme de que Siria está en una nueva era desde la caída de Assad.

Al Sharaa llegó a la reunión con sus propias prioridades. Quiere una derogación permanente de las sanciones que castigaron a Siria por las acusaciones generalizadas de violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Assad y sus fuerzas de seguridad. Aunque las sanciones de la Ley César se encuentran suspendidas actualmente por orden de Trump, una derogación permanente requeriría que el Congreso intervenga.

Una opción es una propuesta de la senadora Jeanne Shaheen, la principal demócrata en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, que pondría fin a las sanciones sin imponer ninguna condición. La otra fue redactada por el senador republicano Lindsey Graham, un aliado de Trump que quiere establecer condiciones para una derogación de sanciones que sería sometida a revisión cada seis meses.

Pero los activistas argumentan que cualquier derogación con condiciones impediría que las empresas inviertan en Siria, ya que temerían posibles sanciones en su contra. Mouaz Moustafa, director ejecutivo del Grupo de Trabajo de Emergencia Sirio, lo comparó con una "sombra que pende y paraliza cualquier iniciativa para nuestro país".

El Departamento del Tesoro indicó el lunes que la exención de la Ley César se extendió por otros 180 días.

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Los periodistas de The Associated Press Abby Sewell en Beirut y Fatima Hussein y Konstantin Toropin en Washington contribuyeron a este informe.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.