La verdad es que las dimisiones del director general y la delegada de la sección de informativos de la BBC, después que un informe interno señalara que la cadena pública había manipulado o sesgado informaciones sobre Trump, han puesto en suerte el toro de TVE para darle una estocada hasta la bola. Demasiado fácil, sí. E incluso innecesario, también. Es una estocada sin mérito porque el toro afeitado y dopado de TVE pone las cosas tan fáciles, al compararlo con las dimisiones de la BBC, como los cortesanos y lacayos ponían las bolas de billar ante el taco de Fernando VII.

No hace falta la comparación con la BBC, tantas veces puesta como ejemplo de lo que debe ser un medio público, ni con Tim Davie, el director general que ha dimitido tras reconocer los “errores cometidos” en la edición de

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