El cierre del Gobierno más largo de la historia va dando pasos para ir terminando en EEUU. El Senado ha aprobado este lunes una ley para reabrir la Administración con el voto de ocho demócratas que cerraron un acuerdo con los republicanos en los términos que convienen a Donald Trump, y en medio de duras críticas dentro de su propio partido.
El cierre, que ya dura 41 días, depende ahora de los miembros de la Cámara de Representantes, que ha estado en receso desde mediados de septiembre, y tiene que votar ahora el acuerdo aprobado en el Senado.
La votación final en el Senado (60-40) supera un largo bloqueo que ha durado más de seis semanas, durante las cuales los demócratas exigían que los republicanos negociaran la extensión de las ayudas para la atención médica –Obamacare–, que vencen el 1 de enero.
Los republicanos nunca accedieron, y ocho demócratas centristas finalmente dieron su voto sin ninguna garantía a cambio en un contexto de congelación de la ayuda alimentaria federal para 42 millones de personas por la negativa de Trump a liberar el dinero, el agravamiento de los retrasos en los aeropuertos a dos semanas de Acción de Gracias y la falta de pago de cientos de miles de empleados federales desde el 1 de octubre.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ya ha pedido a los congresistas que regresen a Washington con la idea de ratificar lo aprobado en el Senado esta semana.
“Parece que la pesadilla está llegando a su fin”, ha dicho Johnson, quien ha mantenido a la Cámara en receso desde mediados de septiembre, después de aprobar un proyecto de ley para continuar con la financiación del gobierno, evitando debates molestos para la Administración Trump como los relacionados con los archivos de Epstein y los asesinatos extrajudiciales en el Caribe y el Pacífico.
Tras semanas de negociaciones, un grupo de tres exgobernadores de la bancada demócrata —las senadoras por New Hampshire, Jeanne Shaheen y Maggie Hassan, y el senador independiente Angus King, de Maine— acordaron votar a favor de tres proyectos de ley de gastos anuales y extender la financiación del resto del gobierno hasta finales de enero. Los republicanos prometieron someter a votación la extensión de las ayudas para la atención médica a mediados de diciembre, pero sin garantías de éxito.
Shaheen ha declarado este lunes que “era la única opción disponible”, después de que los republicanos se negaran a dar garantías en relación con el mantenimiento del Obamacare: “El cierre del gobierno ha sido efectivo para generar preocupación sobre la atención médica en EEUU y la promesa de una votación futura nos da la oportunidad de mantener vivo este tema”.
El texto aprobado este lunes prevé la reversión de los despidos masivos de empleados federales por parte del gobierno de Trump desde que comenzó el cierre del Gobierno el 1 de octubre, blinda a los empleados federales frente a nuevos despidos hasta enero y garantiza que recibirán su salario íntegro una vez que finalice el cierre.
Además de Shaheen, King y Hassan, el senador demócrata Tim Kaine, de Virginia, estado que alberga a decenas de miles de empleados federales, también ha votado a favor del acuerdo. Así como el senador Dick Durbin, de Illinois, el segundo demócrata de mayor rango; el senador John Fetterman, de Pensilvania; y las senadoras Catherine Cortez Masto y Jacky Rosen, de Nevada.
El resto de los demócratas, incluido el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, de Nueva York, votaron en contra.
El grupo de centristas esperaba que un mayor número de demócratas votara con ellos, ya que entre 10 y 12 senadores demócratas habían participado en las negociaciones.
Pero, al final, solo cinco cambiaron su voto, justo el número exacto que necesitaban los republicanos para llegar a los 60 votos, en tanto que King, Cortez Masto y Fetterman ya habían votado a favor de la reapertura del gobierno desde el 1 de octubre.
Cisma demócrata
El líder de los demócratas en el Senado, Schumer, quien recibió fuertes críticas de entre sus filas en marzo cuando votó a favor de mantener el gobierno en funcionamiento, declaró que no podía, “de buena fe”, apoyarlo tras la reunión de la ruptura de su bancada el domingo por la tarde. “No abandonaremos la lucha”, dijo Schumer, añadiendo que los demócratas estaban siendo capaces de situar como problema grave del país la situación sanitaria.
El senador progresista Bernie Sanders, de Vermont, que forma parte de la bancada demócrata, declaró que abandonar la batalla estaba siendo un “error garrafal”, mientras que el senador Chris Murphy, de Connecticut, afirmó que los votantes que dieron la victoria a los demócratas en las elecciones de la semana pasada lanzaron el mensaje de “mantenerse firmes”, informa The Asssociated Press .
Los demócratas de la Cámara de Representantes se lanzaron contra los disidentes del Senado. El representante de Texas, Greg Casar, presidente del Progressive Caucus del Congreso –la bancada más progresista entre los demócratas–, señaló que un acuerdo como este, que no prevé ninguna reducción de los costes de la atención médica para la ciudadanía estadounidense, es una “traición” para los millones de estadounidenses que cuentan con los demócratas para ello.
El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, que había criticado a Schumer en marzo tras su voto a favor de mantener el gobierno en funcionamiento, ha elogiado este lunes al líder demócrata del Senado y ha expresado su respaldo a su gestión durante el cierre del gobierno, informa AP.
A partir de ahora, queda la incertidumbre sobre la votación prometida para diciembre en el Senado en relación con medidas para la sanidad en EEUU. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Luisiana, por su parte, ha dicho que ellos siempre han estado abiertos a la posibilidad de votar sobre el tema, pero sin concretar el sentido del voto ni el fondo del asunto.
Trump, durante toda esta crisis, ha defendido acabar con el Obamacare, sin ofrecer ningún plan alternativo el sistema de subvencionar con dinero público el pago de las primas de los seguros médicos privados, que es como funciona el sistema sanitario estadounidense.
Algunos republicanos se han mostrado abiertos a extender las ayudas aprobadas en tiempos del COVID-19 para evitar que las primas se disparen para millones de personas, pero también Trump defiende aprobar restricciones sobre quiénes pueden recibir los subsidios y que los fondos destinados a estos planes deberían canalizarse a través de los individuos en vez de las primas de los seguros.
Como aviso a navegantes, el Senado ha votado este lunes (47-53) en contra de extender las ayudas por un año, que era la propuesta del líder demócrata en la Cámara, Chuck Schumer.

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