Con la llegada del otoño es habitual encontrarse con los aficionados a las setas peinando los bosques y los prados, fácilmente reconocibles por llevar cesta y navaja en mano. Sin embargo, saber diferenciar las especies comestibles no siempre es sencillo, esto sumado a su disponibilidad limitada y estacional en la naturaleza, hace que cada vez más gente se anime a probar el cultivo doméstico a pequeña escala.
1. Paciencia, paciencia
“Lo primero es cultivar la paciencia. Es lo primero que hay que tener en cuenta, que las cosas nunca salen bien a la primera”, advierte Javier Merino, divulgador micológico. Como ocurre en otros tipos de cultivo, el de setas requiere estudio y lecturas sobre el tema. El propio Merino ofrece tutoriales sobre cómo abordar el proceso en su canal de YouTube, Spore World .
2. Elegir la especie adecuada
Otro punto importante a tener en cuenta es elegir la especie adecuada. “Normalmente los hongos que cultivamos son para el consumo. La seta de ostra (Pleurotus ostreatus en su nombre científico) es la más sencilla, porque la conocemos, la encontramos en los supermercados, está rica y no tiene ningún riesgo a la hora de confundirla con otras setas”, recomienda el experto.

3. El mundo del sustrato
Una vez elegida la especie, nos adentramos en el mundo del sustrato. “El sustrato es, básicamente, el alimento que se le da al hongo para que crezca y posteriormente produzca setas”, cuenta Merino. Para el principiante, el experto recomienda comprar un kit preparado en el que solo haya que fructificar. “Para quienes estén en un nivel 2, ya se recomienda preparar el sustrato, que se puede llevar a cabo mediante distintos métodos, pero que básicamente requiere de pasteurizar la paja de trigo –también se puede usar de avena o cebada– y añadir el micelio en grano”, explica. El hecho de que materiales como la paja, los restos de poda o cualquier otro residuo sirvan como sustrato, es uno de los aspectos más sostenibles del cultivo de setas.
4. Limpieza
Limpiar y desinfectar la zona de trabajo es otro de los puntos fundamentales del proceso para evitar la contaminación o la aparición de gérmenes. “Hay muchos riesgos en no tener en cuenta la limpieza y es fundamental siempre desinfectar no solo todas las zonas de trabajo previo, sino también posterior para evitar esa contaminación”, apunta Merino. “Si usas guantes, viene muy bien desinfectarlos con alcohol antes de tocar cualquier cultivo”.
5. Ambiente

También es importante proporcionar las condiciones ambientales correctas para que las setas crezcan, que básicamente se consigue imitando las condiciones de la naturaleza. “Esto se logra asegurando cuatro factores clave: temperatura, humedad, ventilación y luz. En casa, las condiciones adecuadas incluyen una temperatura aproximada de unos 20 grados y rociar todos los días con agua”, afirma el experto micológico.
6. Oscuridad
Pero, en contra de lo que pueda parecer, no hace falta cultivar en una cueva. “Es verdad que los hongos no deben recibir luz solar directa porque las setas se deshidratan con facilidad, pero sí que necesitan luz indirecta, como pueden tener en la naturaleza”, comenta Merino. Desmitifiquemos la oscuridad, deben estar simplemente a la sombra. “Un lugar adecuado y muy común para tenerlos en casa es, por ejemplo, la cocina”, asegura, ya que podrán estar controlados con mayor frecuencia.
7. Tiempo
El último paso y más importante es recolectar, después de dejar pasar el tiempo necesario e ir viendo el proceso de crecimiento. “Puede ser un mes, entre unos 25 y 40 días después de iniciar el primer ciclo de cultivo (inoculación del sustrato)”, aclara el experto. Para profundizar en el proceso se recomienda alguno de los tutoriales que Javier Merino hace en el canal de YouTube Spore World.

ElDiario.es
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