La acumulación de dolencias a medida que envejecen los perros no es por azar y algunas patologías forman núcleos que favorecen la aparición de otras, como piezas en cascada de un dominó clínico. Así lo sugiere un trabajo de investigación que, a partir de 26.614 animales inscritos en el Dog Aging Project, ha construido la primera red de comorbilidad canina a gran escala y ha analizado no solo qué afecciones coexisten, sino también en qué orden suelen manifestarse. El resultado es un mapa diagnóstico que convierte datos dispersos y anecdóticos en relaciones reproducibles y cuantificables, información que puede resultar práctica para el entorno clínico y, al mismo tiempo, abrir nuevas vías de investigación en gerontología comparada.

Detrás del término “red de comorbilidad” se encuentra la id

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