Un puñado de letras antiguas del genoma neandertal podría esconder la clave para entender por qué los rostros humanos varían tanto y por qué nuestros parientes extinguidos tenían mandíbulas tan robustas, de acuerdo a un nuevo estudio. La comparación de una región no codificante del genoma hizo posible el hallazgo.
Un equipo de científicos de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, publicó un estudio en la revista Development en el cual muestran cómo pequeñas diferencias en una región reguladora del ADN aumentan la actividad de un gen clave en la formación de la mandíbula, SOX9. El descubrimiento sugiere la existencia de un mecanismo molecular hasta ahora desconocido detrás de las divergencias faciales entre neandertales y humanos modernos.
Diferencias faciales y reguladores genético

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