Xabi Alonso llegó con un claro objetivo en mente, que era imponer un nuevo y estricto código de conducta en el vestuario del Real Madrid. Quería acabar con los privilegios que tenían algunos miembros de la plantilla, y ganarse el respeto de los jugadores, para que no le sucediera lo mismo que a Carlo Ancelotti. Su idea era convertirse en el líder del equipo, y emular a José Mourinho, uno de sus referentes, y uno de los entrenadores que más le han enseñado.
Y así lo hizo durante las primeras semanas. No tuvo ningún problema a la hora de apostar por la meritocracia a la hora de hacer las alineaciones, y se pudo comprobar claramente en el Mundial de Clubes. Gonzalo García, pese a su inexperiencia, jugó prácticamente todo, por delante de compañeros mucho más contrastados como Rodrygo Goes

El Nacional.cat

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