El pasado 20 de octubre, el nuevo álbum de Rosalía, Lux , se presentó como un acto ritual colectivo . En directo desde sus redes sociales, la cantante convocó al público a participar en su anuncio: la portada, el título y la fecha de lanzamiento se revelaron en la madrileña plaza del Callao.

Luego vino “Berghain”, una canción cuya letra y videoclip prometían un imaginario del renacer, en el que la artista se transfigura . El fervor colectivo se ha extendido entre devotos y escépticos, pues todo el mundo parece tener algo que decir.

Ahora, tras tres años en silencio desde Motomami , los cuatro movimientos del nuevo disco nos transportan a un universo de destellos, palomas y santas. Pero ¿qué referencias construyen esta estética?

Ella misma, en recientes entrevi

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