En estas tierras de El Pital, entre otras cosas, estamos cumpliendo 361 años de fundación, donde la vida se mueve al ritmo del sol y la cosecha, las manos callosas de los labriegos han sido testigos de mucha transformación. Aquí, entre cafetales y montañas, trabajamos duro para ganarnos el pan diario, pero también enfrentamos retos que van más allá de las inclemencias del clima o el mercado. Hoy quiero hablarles de un asunto que nos toca muy de cerca: la propuesta de legalizar el porte de armas en nuestro país.

En algún momento de mi vida pensé que esto no era necesario, que bastaba con confiar en nuestras autoridades para que nos protegieran. Sin embargo, la realidad es más dura de lo que imaginamos. Los últimos acontecimientos en nuestro municipio nos han golpeado como una tormenta ines

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