Madrid

Cuando la pequeña Vega tenía tres años, pasó todo un invierno poniéndose mala. Tras superar una neumonía, la pequeña volvió al hospital, donde le diagnosticaron leucemia. Demostró entonces una perspicacia poco común para una niña de su edad. Sus padres le dijeron que se trataba de un constipado que tardaría tiempo en sanar, a lo que ella respondió: "¡Mi sangre se ha vuelto loca!". Su historia, un ejemplo de superación y optimismo para muchos, forma parte de 'La mirada del paciente' , el libro elaborado por Cinfa que visibiliza, a través de fotografías y textos, las historias de quienes afrontan una enfermedad y de aquellos que les cuidan y acompañan.

El padre de la pequeña, Pedro Herráiz, fue el autor del retrato que aparece en el libro, donde se puede ver a la niña sonriendo

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