La Fundación Armando Armero encabeza los primeros homenajes a las 25.000 víctimas de la avalancha que arrasó con la ciudad tolimense en la noche del 13 de noviembre de 1985

Benjamín Herrera llevaba tres años de casado la primera vez que pasó una noche fuera de su casa. Aquel día, había trabajado toda la jornada en un campo de sorgo y, al terminar las labores, le dijeron que debía reemplazar a la persona que vigilaba la maquinaria de la empresa por las noches. Su esposa y su hijo Óscar Fernando, de 14 meses, se quedaron en su casa, en Armero. Se había despedido de ellos por la mañana. Era 13 de noviembre de 1985. Mientras Herrera estaba ausente, el volcán Nevado del Ruiz hizo erupción y desató una avalancha que borró el pueblo, en la catástrofe natural que más muertes ha dejado en la his

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