La Junta de Andalucía ha reducido al 3,47% el porcentaje del presupuesto sanitario destinado a conciertos con la sanidad privada en 2026, lo que supone el nivel más bajo de la serie histórica. Este dato desmonta uno de los principales argumentos del PSOE andaluz , que lleva años acusando al Gobierno de Juanma Moreno de « privatizar la sanidad pública» a través de la concertación. En realidad, los socialistas destinaban en 2012 hasta un 5% del gasto sanitario total a la sanidad privada, con un presupuesto global de 9.400 millones de euros , muy inferior al actual.

Bajo el Gobierno del Partido Popular , Andalucía ha alcanzado en 2026 el mayor presupuesto sanitario de su historia, con 16.265 millones de euros , lo que representa un tercio del total de las cuentas públicas andaluzas (31,5%). Este compromiso por la sanidad pública se refleja en una subida del 6,7% respecto al año anterior y un 66% más que en 2018, cuando Juanma Moreno llegó al Palacio de San Telmo en detrimento de la socialista Susana Díaz.

El descenso de la concertación con la s anidad privada es progresivo y sostenido: en 2025 el porcentaje era del 3,70%, y en 2018, último año completo del PSOE en el Gobierno andaluz, se situaba en el 4,3%. En 2012, bajo un presupuesto sanitario de 8.737 millones, el porcentaje superó el 5%. Ahora, con más recursos y una mayor cobertura sanitaria, la Junta destina menos que nunca a conciertos privados.

Listas de espera

Además, los datos de gestión avalan el esfuerzo de la Consejería de Salud : en una comunidad con 9 millones de habitantes , los tiempos de espera se han reducido y también lo ha hecho el número de pacientes fuera de plazo. En la actualidad, hay 207.236 personas en lista de espera quirúrgica, de las cuales 122.188 corresponden a procedimientos garantizados.

Desde el Ejecutivo autonómico se insiste en que la sanidad privada no es más que un apoyo puntual y limitado para reforzar el sistema público en momentos puntuales de alta demanda. Frente a las campañas del PSOE , los datos desmienten cualquier intento de «privatización encubierta» y demuestran una apuesta firme por una sanidad pública eficiente, dotada y con recursos sin precedentes.