Chile se prepara para unas elecciones presidenciales decisivas el 16 de noviembre en medio de una profunda crisis de confianza institucional inseguridad y el desencanto con la clase política, que viene ya acrecentándose desde hace algunos años. El regreso del voto obligatorio, donde se espera voten casi 16 millones de chilenos y chilenas, y la fragmentación de las opciones políticas configuran un escenario complejo, en el que la demanda social de orden y estabilidad se ha impuesto transversalmente como eje de campaña.

Las elecciones presidenciales chilenas de este domingo se llevarán a cabo bajo el signo del malestar social y el , factores que han impregnado el debate público desde el estallido social de 2019 y los intentos fallidos de reforma constitucional. La votación se produce a

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