Por: María Camila Torres Silva

Abogada de G-Legal – @G_legalco

En Colombia, la ruptura de una relación afectiva — ya sea por separación, divorcio o por la disolución de una unión marital de hecho — con frecuencia genera conflictos profundos y enemistades entre los excónyuges o excompañeros permanentes.

Estos desacuerdos, muchas veces irreconciliables, se convierten en verdaderas batallas emocionales y legales que no solo afectan a los principales implicados, sino también a los hijos menores de edad, quienes se convierten en víctimas colaterales del conflicto y resultan injustamente perjudicados por los resentimientos de sus padres.

Ellos, que llegaron al mundo inocentemente, son fruto del amor que en algún momento unió a sus progenitores.

Es a partir de ese momento cuando la justi

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