El caso de P.F.R. en el mundo laboral es realmente único. Con 80 años no reunía los requisitos mínimos para una jubilación ordinaria de su profesión de administrativa, por lo que mantenía una situación de alta asimilada cotizando mediante un convenio especial autorizado por la tesorería general de la Seguridad Social.

Sin embargo, la mujer sufre una enfermedad renal crónica y, tras un trasplante de riñón , se le agravaron los síntomas por lo que también tenía astenia intensa. Pese a estas patologías el Instituto Nacional de la Seguridad Social no quiso reconocerle una incapacidad permanente absoluta para todo tipo de profesión.

Por eso, la mujer, representada por el gabinete jurídico TribunalMedico.com, presentó una demanda judicial que ha sido reconocida por el Juzgado de lo Social

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