Podríamos llamarle genio.

Podríamos llamarle loco.

Podríamos llamarle visionario.

Le llamaremos por su nombre: Maxwell Hazan.

Dejemos a un lado las interpretaciones y las calificaciones. Que cada uno busque las suyas. Porque cuando alguien coge una moto y le embute el motor V8 de un Ferrari hay poco que decir. Algunos dirán que hay poco bueno que decir. Otros dirán que cómo vamos a decir algo malo .

Por nuestra parte, nos limitaremos a mostrarlo.

Una moto de 375 CV

La historia nos la traen los compañeros de Motorpasión Moto . Maxwell Hazan es un aficionado particular. Porque uno puede tener mucha pasión por el motociclismo. Uno puede hacer del motociclismo la afición de su vida. Pero pocos tienen la suerte, el talento y las manos de hacer del motociclismo su sustento y su

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