En Yorkshire huele a cera y a pan recién hecho. Olivia Healy camina despacio por el pasillo de una iglesia de piedra; la corona dorada que lleva brilla con la luz temblorosa de las velas. No hay focos ni pantallas, solo un arco de hierro, unos cuantos invitados con capa y un reverendo que sonríe antes de decir: “Bienvenidos al siglo XII".

No es el rodaje de una película, sino una boda inspirada en las ceremonias medievales que se celebraban en Inglaterra hace ochocientos años. Hay juglares, un festín de hidromiel y pan de centeno, y un voto de unión que no menciona a Dios, pero sí a "la luz que une los caminos de los antiguos". Según The New York Times , escenas como esta se repiten en medio mundo: las búsquedas de "medieval wedding" en Pinterest se han disparado más de un 400%, y los c

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