La industria europea de defensa vive un momento decisivo tras décadas de desmilitarización, externalización de procesos clave y una dependencia creciente de proveedores que parecía asumida como estructural hasta que la invasión rusa de Ucrania reveló sus debilidades. En ese contexto, el del rearme , un compuesto químico con más de un siglo de historia militar ha reaparecido como un eslabón crítico: no hay TNT .

El resurgimiento estratégico. Sí, la escasez amenaza la capacidad del continente para sostener su producción de munición. El panorama es tan simple como inquietante: Europa, con gigantes como Rheinmetall, BAE o KNDS, solo cuenta con una planta de TNT operativo ( Nitro-Chem , en Polonia), mientras que Rusia fabrica millones de proyectiles anuales y recibe apoyo directo de

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