La disputa entre Diego Santilli y Patricia Bullrich por el control del Registro Nacional de las Personas (Renaper) es más que un nuevo capítulo en la nutrida saga de internas palaciegas que caracteriza al gobierno de Javier Milei. Detrás del forcejeo por un organismo que aparece como dependencia burocrática se despliega una trama de intereses que vincula al Estado argentino con una de las corporaciones de vigilancia más poderosas del planeta, la manipulación de la opinión pública y el extractivismo colonial que Estados Unidos presentó como nuevo pacto comercial con la Argentina.

En el marco del recambio de gabinete tras el triunfo electoral, el 12 de noviembre, mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia N° 793/25 , Milei transfirió el Renaper del Ministerio del Interior al de Seg

See Full Page