La noche del  15 de noviembre en Medinaceli (Soria)  volvió a estar en el punto de mira de la defensa de los derechos de los animales. Mientras el  Toro Jubilo  intentaba huir espantado con sus astas convertidas en dos antorchas, las cámaras del equipo de investigación de  AnimaNaturalis  y  CAS International  documentaban minuciosamente cada momento de su agonía.

Ver las imágenes obtenidas por este equipo genera una mezcla de sentimientos muy difícil de describir con palabras. Un nudo en la garganta y en el estómago, inmensa tristeza al ver a ese animal aterrorizado y tremenda rabia al ver los rostros “humanos” embrutecidos hasta lo indescriptible para conseguir dominarlo. Cierta impotencia nubla la vista cuando corren las lágrimas, pero solo dura unos segundos, lo que tarda en imponerse la determinación de seguir luchando sin parar hasta que esta barbarie quede relegada a un pasado oscuro al que solo miremos para aprender otra forma de relacionarnos y de convivir.

El evento se celebró bajo la sombra de una intensa polémica legal y sanitaria, y con la presencia de dos manifestaciones enfrentadas que requirieron un importante operativo policial para evitar enfrentamientos.

La celebración de este año estuvo marcada por una condición excepcional. La Junta de Castilla y León había ampliado la prohibición de ferias y mercados de ganado hasta el 30 de noviembre para evitar la propagación de la Dermatitis Nodular Contagiosa. Sin embargo, el gobierno autonómico hizo una expresa excepción para el Toro Jubilo, imponiendo como requisito que todos los astados trasladados a la localidad procedieran de la misma ganadería. Esta autorización excepcional fue posible gracias a una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).

Frente a esta decisión, la respuesta de las organizaciones animalistas ha sido contundente. “Lo que hemos presenciado esta noche es la prueba viviente de que la crueldad se ampara bajo el paraguas de la tradición, incluso en pleno siglo XXI”, expresa Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España. “Las imágenes recogidas por nuestro equipo, que serán analizadas y utilizadas como prueba en la continuidad de la batalla legal, muestran al animal visiblemente afectado por el terror y el dolor. No son espectáculos, son torturas públicas arcaicas que vulneran cualquier principio de compasión y ética”, añade.

Toro Jubilo 2025

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La tensión previa al evento se materializó en dos concentraciones autorizadas. Por un lado, la Asociación Toro Jubilo de Medinaceli convocó a sus simpatizantes para defender el festejo. Por otro, el Partido Animalista con el Medio Ambiente (PACMA) congregó a sus afiliados y seguidores en una protesta para solicitar la abolición definitiva del mismo. La Subdelegación del Gobierno en Soria coordinó un dispositivo “suficiente y proporcionado” de la Guardia Civil para mantener ambos grupos en ubicaciones separadas.

Mientras tanto, la batalla legal continúa. PACMA ha presentado una solicitud de recusación contra el magistrado ponente designado en el recurso de casación ante el Tribunal Supremo por el caso del Toro Jubilo, argumentando una “enemistad manifiesta” del magistrado hacia el movimiento por los derechos de los animales.

“Cada imagen que conseguimos, cada testimonio que recogemos, es un argumento más para la historia que estamos construyendo: la que demostrará que esta barbarie, tarde o temprano, llegó a su fin”, declara Gascón. “La justicia y la ética están de nuestro lado. Es una cuestión de tiempo y de persistencia, y no vamos a cejar en nuestro empeño”, concluye la directora de AnimaNaturalis.