Antes de que existieran los mares, las lluvias o cualquier forma de vida, la Tierra era apenas una esfera de roca que giraba bajo un Sol incandescente. Le faltaba todo: agua, atmósfera y tiempo. Solo una colisión improbable , ocurrida hace 4.500 millones de años , cambió para siempre su destino.
Según una nueva investigación de la Universidad de Berna , publicada en Science Advances , nuestro planeta nació seco, sin los compuestos esenciales para la vida. Fue el impacto con Theia , un cuerpo del tamaño de Marte , el que aportó el agua, el carbono y el azufre que hicieron posible un mundo habitable.
El estudio, liderado por los científicos Pascal M. Kruttasch y Klaus Mezger, plantea que sin esa colisión la Tierra habría seguido siendo una roca árida . Un planeta si

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