Un zapatazo espléndido de Martín Aguirregabiria decidió el derbi, un golazo de bandera que sacó casi de la morgue al Real Zaragoza para hacerle lograr el primer triunfo de la temporada en casa y en el Ibercaja Estadio, para insuflarle vida porque sigue siendo colista pero se agarra a un botín que frena una dinámica terrible y que permite ver una luz muy a lo lejos del inmenso túnel en el que estaba y está. La SD Huesca , en el estreno de Bolo, fue inferior en intensidad y en fútbol que el Zaragoza, que sobre todo de salida demostró querer más y que supo guardar la renta en el tramo final cuando el rival inquietó algo más y además Radovanovic vio una ingenua segunda amarilla para darle tinte más épico a este triunfo vital con un ejercicio de supervivencia zaragocista.
Ese buen

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