Una sirena corta la noche en Londres . Es el 17 de noviembre de 1972, y en una elegante residencia de Cadogan Square, el espanto se apoderó de todos los presentes. La policía irrumpe, guiada por una llamada de auxilio. Lo que encuentran dentro escapa toda lógica posible. Un joven, Anthony Baekeland, yace ensangrentado, con heridas mortales, y su madre, la adinerada y célebre estadounidense Barbara Daly Baekeland, manchada de rojo, observa en silencio.

En unas horas, la residencia se transforma en epicentro de reporteros, ambulancias y detectives. Mientras suben el cuerpo por las escaleras, los flashes estallan en la vereda. Un detective novato tiembla al mirar el rostro congelado de Barbara Baekeland . Sus ojos parecen no registrar nada. Ella camina sin rechistar cuando le colocan l

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