En medio del Pacífico Sur, existe un pequeño paraíso que atrae tanto a amantes de la naturaleza como a quienes buscan poner a buen recaudo sus grandes fortunas. Las Islas Cook, con sus playas turquesas y paisajes de ensueño, se han convertido en el refugio elegido por muchos millonarios para resguardar su dinero de manera segura y anónima.

Más allá de ser un destino turístico privilegiado, este archipiélago adopta la segunda acepción más utilizada de paraíso: la de paraíso fiscal . Su sistema legal especial protege el patrimonio de aquellos millonarios que decidan disfrutar de sus playas de ensueño y de su opacidad legal con los patrimonios.

Llegaron por sus playas, se quedaron por los fideicomisos

Este oasis natural, situado a unos 3.000 kilómetros de Nueva Zelanda, no solo

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