Un futbolista ha sido condenado a pagar una millonaria indemnización tras agredir a una mujer policía durante un partido de la Liga Marplatense de Fútbol. La Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Mar del Plata confirmó la sentencia, que también incluye a los clubes involucrados, mientras que la liga organizadora fue eximida de responsabilidad. El incidente ocurrió el 20 de julio de 2008, cuando la agente policial, que estaba realizando tareas de seguridad, fue golpeada en la nariz por un jugador del equipo visitante tras ser expulsado por el árbitro. Este ataque le causó lesiones que fueron documentadas mediante peritajes médicos y psicológicos. Los informes médicos indicaron que la mujer sufrió una incapacidad total del 17%, que incluye daño físico y psicológico persistente. El peritaje psicológico reveló un trauma con efectos obsesivos, neurosis y pesadillas recurrentes, lo que afectó significativamente su calidad de vida. El juez de primera instancia determinó que la agresión fue intencionada y constituyó una conducta antijurídica. La indemnización fijada asciende a 20.999.000 pesos, más intereses, por incapacidad física, daño psicológico, estético y moral. La Cámara de Apelaciones revisó el caso y se centró en la responsabilidad de la liga organizadora, aclarando que la ley protege a los espectadores, pero no a los agentes de seguridad. La Cámara citó sentencias previas que establecen que los trabajadores de seguridad asumen riesgos inherentes a su labor. Además, se descartó la posibilidad de responsabilizar a la liga por la relación funcional con el jugador agresor, ya que no existe una subordinación suficiente para atribuirle responsabilidad por actos individuales. En cuanto a la aseguradora, se determinó que el seguro solo cubría a espectadores y personal de entidades deportivas, excluyendo a policías. La Cámara ratificó los parámetros de cálculo de la indemnización, basándose en el Salario Mínimo Vital y Móvil, ya que no se probó una merma en los ingresos de la agente. Finalmente, la Cámara confirmó la condena a los clubes y al jugador, manteniendo su responsabilidad y la obligación de pago, además de las costas del proceso. También se abordaron argumentos de prescripción y cuestionamientos legales, que fueron rechazados, asegurando que el monto indemnizatorio ya había sido actualizado a valores vigentes.