2025 es el año de la mujer indígena en México. También es el año de la consagración de la presidenta de los Estados Unidos Mexicanos. Al cumplir su primer año de mandato, Claudia Sheinbaum disfruta de una tasa de aprobación ciudadana que ronda el 80 %.
En el ámbito nacional, destaca su apuesta a favor del incremento del gasto público en programas sociales. En el capítulo internacional, la mandataria ha aguantado el pulso a la “trumplomacy” –la “diplomacia” de Donald Trump– y ha timoneado el cambio de rumbo en las relaciones bilaterales México-España.
2025 es asimismo el año del “poder blando” (soft power) de la cultura. España y México han recurrido a la diplomacia cultural para rebajar la tensión que existía entre ambos países. La exposición La mitad del mundo. La mujer en el México indígena es la última evidencia de que el arte es capaz de encauzar el diálogo internacional. Esta imponente exhibición inaugurada el 31 de octubre de 2025 en Madrid es una realidad que hasta hace poco tiempo era muy difícil de imaginar.
López Obrador: tensiones históricas y económicas
El mandato presidencial de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) tuvo momentos muy tormentosos en lo que respecta a su relación con España. En marzo de 2019, el político mexicano remitió una carta oficial al rey de España en la que le recordaba que la conquista encabezada por Hernán Cortés “se realizó mediante innumerables crímenes y atropellos”, de la misma forma que durante el posterior proceso de colonización “se cometieron incuantificables violaciones a las leyes entonces vigentes”. Por ello, afirmaba López Obrador, “México desea que el Estado español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan”.
En febrero de 2022, el entonces jefe del ejecutivo mexicano criticó públicamente a varias empresas españolas, a las que acusó de seguir viendo a México “como tierra de conquista”.
Con base en acusaciones de corrupción y saqueo, López Obrador anunció “una pausa en las relaciones” entre ambos países. El Gobierno de España se apresuró en emitir un comunicado en el que, tras rechazar las descalificaciones del presidente, proclamaba en tono conciliador que “España trabajará siempre por mantener las mejores relaciones con México y reforzar los lazos con este pueblo hermano”.
Sheinbaum: el pasado se hereda
Claudia Sheinbaum no invitó al rey de España a su toma de posesión como presidenta de México en octubre de 2024. La política mexicana había tomado buena nota del silencio de Felipe VI respecto de la carta de López Obrador de 2019.
En un comunicado oficial, Sheinbaum apuntó: “Nuestra relación se beneficiaría con una renovada perspectiva histórica, acorde al desarrollo de nuestros pueblos y en la que el reconocimiento cabal a nuestras identidades sea el eje de una relación respetuosa, sólida y fructífera”.
En España, el Ministerio de Asuntos Exteriores calificó como “inaceptable” la exclusión del rey de España de la investidura de la primera mujer presidenta de México. Como consecuencia de ello, el presidente Sánchez tampoco participó en esta ceremonia.
Esta drástica decisión mexicana generó abundantes titulares de prensa en España contra la “ofensiva revisionista” del país hispanoamericano y declaraciones públicas tan airadas como las de Vox: “España no puede permitir que gobiernos de corte marxista dinamiten la especial relación que existe entre los pueblos hermanos de la Iberosfera”.
La cultura: gran embajadora de México en España
Cuando las relaciones bilaterales España-México se hallaban en un nivel de tensión sin precedentes, el Museo Nacional de Antropología de México fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025. El jurado ha valorado que este museo es “heredero de una larga tradición en defensa y preservación de una parte esencial del patrimonio antropológico de la humanidad que, al mismo tiempo, expresa las señas de identidad de una gran nación en las que su gente se reconoce”.
También la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide ha obtenido el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025. Toda una declaración de intenciones.
Solo una semana después de entrega de este prestigioso galardón, se ha presentado en Madrid la exposición La mitad del mundo. La mujer en el México indígena. En su inauguración, el ministro de Asuntos Exteriores de España pronunció un discurso que, pese a no utilizar la palabra “perdón”, parecía incluir implícitamente ese mensaje: “Hubo injusticia, justo es reconocerlo hoy y justo es lamentarlo. Esa es también parte de nuestra historia compartida, y no podemos ni negarla ni olvidarla”.
Desde México, Sheinbaum ha declarado: “Pedir perdón o lamentar y recuperarlo como parte de la historia engrandece a los gobiernos y a los pueblos”. Esta visión es sin embargo cuestionada por políticos españoles como el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Este ha sido muy claro en sus redes sociales: “Yo no me voy a avergonzar de la Historia de mi país”.
Por su parte, el gobierno de Sánchez sigue ahondando en la colaboración cultural bilateral: México ha sido elegido como País Socio de la Feria Internacional del Turismo (FITUR), que se celebrará en enero 2026 en Madrid.
Mientras todo esto sucede en España, la nación azteca también ha hecho importantes guiños a la cultura ibérica. Por ejemplo, España fue la Invitada de Honor en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de 2024. El lema elegido para este evento, “Camino de ida y vuelta”, deseaba presentar a España como “un país plural, diverso y multicultural, vínculo de comunicación privilegiado de Europa con América Latina y puente de ida y vuelta tendido a través del océano Atlántico”.
El soft power de la diplomacia cultural
Detrás de todas estas iniciativas culturales de gran nivel, que no pueden calificarse de casuales, se aprecia la mano de la diplomacia cultural; ese soft power que recurre a la cultura como mecanismo para conseguir objetivos de política exterior. Es evidente que España y México están apostando por la cooperación cultural. Ambos gobiernos creen que esta punta de lanza pacífica les ayuda a perfilar el futuro de sus relaciones bilaterales de una forma constructiva. Diplomacias culturales como la hispanomexicana son, en definitiva, una forma efectiva de (re)construir la política exterior; una forma de contrarrestar esas políticas intimidatorias y militaristas que otros Estados se empeñan en imponer.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.
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Katia Fach Gomez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.


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