La prevención del cáncer de pulmón se ha convertido en un reto crítico para la salud pública en Venezuela. El doctor Juan Saavedra, director de Proyectos y Relaciones Institucionales de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), advierte que los factores de riesgo, las barreras del sistema de salud y la escasa educación preventiva están elevando el número de casos en el país.

Saavedra señala que estos desafíos están íntimamente relacionados con el contexto socioeconómico nacional. El consumo de tabaco, que es responsable de casi el 90 % de los casos en hombres y el 80 % en mujeres, sigue siendo alarmantemente alto. Además, los programas para dejar de fumar son insuficientes y difíciles de acceder.

El deterioro del sistema sanitario también agrava la situación. La migración de especialistas, la escasez de insumos y la falta de equipos impiden la implementación de campañas de detección temprana, como el cribado mediante tomografía de baja dosis. Asimismo, la exposición a contaminantes ambientales y laborales, como asbesto, radón y polución urbana, incrementa el riesgo en poblaciones vulnerables.

Saavedra destaca un problema cultural: “el cáncer de pulmón se estigmatiza como enfermedad del fumador”, lo que desincentiva la búsqueda de ayuda incluso entre quienes nunca han fumado.

Para combatir esta situación, el especialista enfatiza que la medida más efectiva es el abandono total del tabaco, incluyendo cigarrillos electrónicos y vapeadores. El apoyo profesional para dejar de fumar, junto con la creación de hogares 100 % libres de humo, es fundamental para reducir la exposición activa y pasiva. Además, una dieta rica en frutas y verduras, actividad física regular y la reducción del contacto con fuentes de contaminación son esenciales para disminuir el riesgo.

El humo del tabaco contiene miles de sustancias tóxicas, más de 70 de ellas cancerígenas, que pueden provocar mutaciones en las células pulmonares. La SAV insiste en que el tabaco sigue siendo el principal motor de la incidencia de cáncer de pulmón en Venezuela. Sin embargo, la contaminación del aire también es un factor significativo. Partículas finas liberadas por vehículos, industrias y quemas afectan el tejido respiratorio, incluso en no fumadores. Estudios recientes sugieren que la polución puede alterar el ADN y contribuir al desarrollo de cáncer de pulmón en personas sin hábitos tabáquicos.

Para Saavedra, es crucial que la comunicación en salud combine campañas antitabaco de alto impacto, educación accesible y el uso estratégico de redes sociales, especialmente para llegar a los jóvenes y prevenir el inicio del hábito. Fomentar la participación de agentes multiplicadores, como profesores y líderes comunitarios, podría extender los mensajes preventivos en todo el país.

El doctor Saavedra también subraya la necesidad de reorganizar el Programa Nacional de Lucha Contra el Cáncer y fortalecer la inversión en tecnología para la detección temprana, especialmente en poblaciones de alto riesgo. Además, es vital formar y retener personal especializado e integrar el consejo antitabaco en la atención primaria, asegurando que cada consulta sea una oportunidad para prevenir.

El llamado es claro: Venezuela necesita políticas sostenidas, educación efectiva y un compromiso colectivo para enfrentar el cáncer de pulmón y mejorar la salud pública en el país.