La crisis del transporte público en el municipio Caroní ha resurgido, evidenciando un problema persistente que se agrava con las condiciones económicas. Las perreras, vehículos improvisados y adaptados, han vuelto a ser una opción obligada para cientos de habitantes que necesitan trasladarse entre San Félix y Puerto Ordaz. Este tipo de transporte, que se popularizó hace años debido a la escasez de unidades formales, es recordado por numerosos accidentes viales, algunos de ellos fatales. En 2025, su uso se ha incrementado debido a la disminución de autobuses del sistema Transbolívar y la falta de alternativas accesibles. Para muchos, como Juan Carlos Contreras, un albañil de 47 años residente en San Félix, la elección de usar una perrera no es realmente una opción. "Yo sé que es peligroso montarme en una perrera, pero me encomiendo a Dios y le doy porque no tengo más opción para ir de San Félix a Puerto Ordaz a trabajar", comenta. Los viajes en perrera son económicos, oscilando entre 40 y 60 bolívares por trayecto, lo que resulta crucial para aceptar trabajos eventuales. Briceida Díaz, de 53 años y trabajadora de limpieza, también se ve obligada a utilizar este medio de transporte. "No me queda más remedio que montarme en la perrera cuando no consigo transporte mejor. Por lo menos me lleva y me trae. Si no trabajo, no como porque no tengo a nadie que me mantenga", expresa con resignación. Aunque existen los pisteros, vehículos particulares que operan por puesto, su disponibilidad es limitada y cobran 250 bolívares por el trayecto de San Félix a Puerto Ordaz. Muchos pisteros no cubren rutas completas para ahorrar gasolina, lo que agrava la situación. La precariedad del transporte también afecta a los trabajadores del sector educativo. Juan Vásquez, un docente universitario, relata su experiencia: "Salgo del instituto a las 2:15 y tengo que esperar casi una hora porque los pisteros o los autobuses siempre tardan más de media hora o pasan llenos. No es fácil para el bolsillo del venezolano". Los costos de los autobuses varían, lo que complica aún más la situación. La combinación de factores económicos, la escasez de unidades formales y las largas distancias han dejado a las comunidades de Caroní con un sistema de transporte fragmentado y, en muchos casos, inseguro. La situación es crítica para quienes dependen del trabajo diario para mantener a sus familias. Desde la Alcaldía de Caroní, se espera la designación de un nuevo director de transporte, con la esperanza de que se tomen medidas para abordar este problema histórico. Mientras tanto, las perreras continúan recorriendo las principales avenidas, recordando la necesidad urgente de una solución que garantice una movilidad segura y digna para los ciudadanos.
Crisis del transporte en Caroní: las perreras regresan
Noticias de Venezuela3 hrs ago
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