Cada día estoy más convencido de que si cambiáramos la mirada, cambiaría el mundo. Una mirada es algo muy sencillo, pero puede comunicar aceptación, compañía, comprensión. Puede llenar de fuerza al abatido, eliminar el odio más oculto, ser la chispa que encienda una nueva vida, cambiar el corazón más endurecido. Una mirada de amor cura las heridas más profundas, pone alas a la esperanza, da confianza al tímido, confiere valor al derrotado.
Conviene recordar que respeto viene del latín, respicere , que significa precisamente mirar. Existimos en cuanto somos mirados. Negar la mirada es negar la existencia. Por ello, los distanciamientos comienzan a expresarse con la ausencia de mirada: “Ya ni me mira”, solemos decir cuando tenemos problemas con alguien, y con frecuencia los poderosos han

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