El castillo de Caravaca de la Cruz , junto con su recinto amurallado y la Real Basílica de la Vera Cruz, está de estreno. Tras una apuesta por mejorar las luces que lo iluminaban, desde hace días esta joya arquitectónica estrena una renovación integral de su iluminación ornamental que realza uno de los principales símbolos patrimoniales de la Región de Murcia y potencia su integración urbana. Gracias a una inversión superior a los 200.000 euros, esta actuación busca conservar, poner en valor y proteger el monumento más emblemático de Caravaca de la Cruz, la localidad conocida, entre otras cosas, por su precioso castillo. El nuevo sistema de luz fría y tecnología led ha supuesto la sustitución de proyectores obsoletos por 127 luminarias de última generación.
La actualización lumínica del castillo supone ahora una potencia de 8.302,5 W y una eficiencia del 45%, lo que permite reducir considerablemente el consumo energético y las emisiones de CO₂. Los arquitectos Jesús Castillo y Roberto Lurueña son quienes han dirigido la intervención, diseñando el proyecto con criterios de sostenibilidad y respeto por el entorno monumental. Y es que ahora se trata de un diseño lumínico respetuoso tanto con el medio ambiente como con los elementos singulares del conjunto arquitectónico y que a la vez busca un baño uniforme de luz cálida, evitando la iluminación plana y optando por un equilibrio entre luces y sombras que permite apreciar con mayor riqueza los valores estéticos y constructivos del monumento.
La Fundación Santa María la Real, impulsora del proyecto de renovación de las luces que iluminaban el castillo murciano, también es responsable de la iluminación de otros bienes nacionales destacados, como las catedrales de Burgos , Palencia y Ávila o el Templo de Debod en Madrid . La iluminación instalada es por inundación desde distintos puntos, tanto en el interior como en el exterior del recinto amurallado. Pero lo que más destaca ahora es la fachada de la basílica, que alcanza una mayor carga lumínica sobre el resto de los elementos. Esta portada, rica en juegos volumétricos y contrastes cromáticos, muestra a quienes la visiten de noche sus relieves acentuados mediante un juego de claroscuros y sombras arrojadas que potencian su riqueza ornamental.
La Capilla de los Conjuros y otros volúmenes que emergen sobre las cubiertas del recinto se iluminan ahora con pequeños proyectores alojados estratégicamente para no ser visibles al espectador. Para el alcalde de la localidad, José Francisco García, la nueva iluminación supone “un paso más en la defensa y adecuada conservación del monumento más querido por la ciudadanía”. Según García, el patrimonio histórico-artístico del castillo y sus murallas son un “legado irrenunciable que identifica y aporta valor, siendo su cuidado y preservación una obligación para quienes gobiernan”. El patrimonio de Caravaca de la Cruz, por lo tanto, seguirá siendo un referente cultural y un motor de desarrollo para la Región de Murcia .
Varias reformas
Por méritos propios, el castillo de Caravaca de la Cruz es uno de los conjuntos monumentales más emblemáticos de la Región de Murcia. Se trata de un histórico recinto amurallado de origen islámico , aunque tras la revuelta mudéjar de 1264-1266 fue donado por el rey Alfonso X a la Orden del Temple. La fortaleza se convirtió en la única encomienda de esta orden en el Reino de Murcia, dependiendo de ella también otros municipios cercanos como Cehegín. Ubicado a unos 675 metros de altitud , el castillo ha sido testigo de varias transformaciones a lo largo de los siglos. Con la desaparición de los templarios en el siglo XIV, por ejemplo, pasó a manos de la Orden de Santiago, que mantuvo su custodia y amplió su uso.
La muralla conserva elementos originales de la fortaleza medieval y está reforzada con quince torreones de diferentes tamaños y formas. También fue utilizado con fines militares durante la Guerra de Sucesión y la Guerra de la Independencia, periodo en el que se incorporó el “canapé”, un espigón saliente que sacrificó dos torres originales. En el corazón del recinto amurallado se alza la Real Basílica Santuario de la Vera Cruz, cuya construcción comenzó en 1617 sobre una antigua capilla medieval y bajo la dirección del arquitecto fray Alberto de la Madre de Dios. El templo, terminado en 1703, posee planta de cruz latina y destaca por su imponente fachada principal barroca del siglo XVIII.

Dicha fachada, realizada con mármoles de la zona, incluyendo el jaspe, es considerada uno de los máximos exponentes del estilo barroco en la Región de Murcia por su profusión de elementos decorativos. El complejo entero fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1944. La Basílica alberga en su interior la Vera Cruz de Caravaca, un lignum crucis cuya presencia desde el siglo XIII originó una profunda tradición espiritual y un constante flujo de peregrinaciones. El 2 de febrero de 2008 fue convertida en Basílica Menor por decreto del papa Benedicto XVI. Desde 2003, goza del privilegio de celebrar perpetuamente un Año Jubilar cada siete años, un honor que solo se otorga a otros cuatro lugares del mundo.
A las mejoras lumínicas del conjunto arquitectónico se suman otras recientes, como la finalización del proyecto de pavimentación y la mejora de la red de aguas pluviales en la explanada del castillo, una actuación que resolvió problemas de humedades y que fue ejecutada con materiales naturales y un diseño radial que realza la portada barroca. Mejoras que, junto a las recién instaladas luces led, realzan la belleza y la espectacularidad de un castillo amurallado que, además, puede ser disfrutado tanto en su interior como desde muchos puntos lejanos de la localidad.

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