Estambul —una metrópoli de más de 15 millones de habitantes situada entre Europa y Asia— convive diariamente con un estimado de 250.000 gatos callejeros que circulan por sus mezquitas, mercados, patios, cafés y estaciones de metro.

La tradición de cuidado comunitario y la presencia histórica de los felinos han convertido a la ciudad en el apodado “Catstanbul”, un lugar donde humanos y animales comparten espacios de manera habitual.

La 'BBC' describió a Estambul como un lugar en el que existe un “delicado equilibrio” entre la vida urbana y la presencia constante de gatos.

Los felinos se desplazan por las laberínticas calles, reposan en bancos públicos y aparecen en comercios y viviendas. Su presencia, según el medio, es tan común como los elementos clásicos del paisaje local , incluidas

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