Por Nadia Baalbaki

Por estos días, el nombre de Débora Damaris Bulacio del Valle, de 39 años y madre de tres hijos, volvió a estremecer a la sociedad argentina. Lo que debía ser un fin de semana de descanso en un camping de Necochea junto a su pareja terminó en uno de los crímenes de violencia de género más conmocionantes en lo que va del año.

Débora fue vista por última vez la noche del sábado. Horas más tarde, sus familiares recibieron un mensaje de voz que hoy duele escuchar: "me salvé de milagro... tratando de pasarla bien", seguido de otro en el que dijo "yo sé que es mi culpa". La culpa aprendida (y aprehendida), la que tantas mujeres arrastran aun cuando la violencia recae sobre ellas, fue su último rastro sonoro.

La búsqueda comenzó al día siguiente. Sus prendas aparecieron espa

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