Los leones siempre han sido considerados como una especie poderosa. Todo un símbolo de autoridad por su imponente presencia y también por su rol de depredador en su hábitat. Un poder que deja claro a través de varios rasgos físicos, como su característica melena y su famoso rugido de garganta completa , que guarda además cierta utilidad.  

Sin embargo, los rugidos de los leones africanos no siempre son potentes, sino que tienen más de un registro, según los resultados de una investigación liderada por investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido), que ha identificado un “rugido intermedio” hasta ahora no clasificado. 

A juicio de los científicos, los resultados de este estudio , publicados en la revista Ecology and Evolution , desafían la creencia generalizada de que solo existía un tipo de rugido. Además, sostienen que este hallazgo abre un nuevo escenario para una mejor monitorización de los animales porque para ello aplicaron herramientas de Inteligencia Artificial (IA) . 

“Hasta ahora, la identificación de estos rugidos dependía en gran medida del criterio de los expertos, lo que introducía un posible sesgo humano . Nuestro nuevo método, basado en IA, promete una monitorización más precisa y menos subjetiva, lo cual es crucial para los conservacionistas que trabajan para proteger a las menguantes poblaciones de leones”, explica en un comunicado el autor principal, Jonathan Growcott, de la Universidad de Exeter. 

El sonido de los grandes depredadores

El equipo utilizó la IA para diferenciar automáticamente los rugidos de león por primera vez, una decisión pionera porque no se había aplicado esta tecnología para detectar diferencias en el sonido de estos grandes depredadores , conocidos como los reyes de la selva. 

León africano

Los autores subrayan que este nuevo proceso simplifica la monitorización acústica pasiva, haciéndola más accesible y fiable en comparación con los métodos tradicionales como las cámaras trampa o el rastreo de huellas. Así, según sus resultados, se alcanzó una precisión del 95,4 % y redujo significativamente el sesgo humano, mejorando la identificación de cada león.

Se identificó un “rugido intermedio”, hasta ahora no clasificado, junto con el famoso rugido de garganta completa, lo que desafía, según los investigadores, la creencia de un único y potente sonido.

“Creemos que es necesario un cambio radical en el monitoreo de la fauna silvestre y una transición a gran escala hacia el uso de técnicas acústicas pasivas. A medida que la bioacústica mejore, será fundamental para la conservación efectiva de los leones y otras especies amenazadas”, concluye el autor, que recuerda que los rugidos “constituyen señales únicas que pueden utilizarse para estimar el tamaño de las poblaciones y monitorizar a los individuos”.