El 10 de junio de 2026, los combates entre Rusia y Ucrania habrán durado más que la Primera Guerra Mundial. Se suponía que también ese conflicto iba a concluir en unas pocas semanas. Al igual que en Ucrania, los combates se estancaron y el alto mando malgastó vidas humanas en una serie tras otra de asaltos condenados al fracaso. En agosto de 1918, los aliados utilizaron nuevas tácticas para romper las líneas alemanas. Hoy, en cambio, Ucrania no se rinde y Rusia no sabe cómo ganar.

Incluso en una dictadura, un dirigente que carece de una teoría de la victoria no hace otra cosa que acumular problemas. Como aprendió a su pesar el zar Nicolás II en la Primera Guerra Mundial, tarde o temprano llega el momento de rendir cuentas. Cuantas más vidas rusas desperdicie hoy Putin de forma absurda, ma

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