Si le preguntáramos a las personas lo siguiente, ¿está usted de acuerdo con el fascismo? La mayoría, seguramente respondería sin titubear con un rotundo “¡No!”. Como decía Octavio Paz, todo lugar común tiene sus equívocos. Aplicado a este caso específico, no porque mucha gente diga “no” al fascismo, quiere decir que realmente se entienda lo que implica el fascismo o que, efectivamente, estarían en contra.

Dejemos esto en pausa y vayamos a otro ejemplo: ¿qué le diría usted a un vecino que, con mucho esfuerzo puso un negocio, que después de batallar, recuperó la inversión inicial y comenzó a percibir algún tipo de ganancia, inclusive le dio trabajo a muchos vecinos que estaban desempleados, pero, después de un tiempo el negocio amenazaba con aproximarse a la quiebra y a su dueño se le ocurr

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