El 17 de mayo de 2022, Mykhailo Podolyak, asesor clave de Volodímir Zelenski, anunció oficialmente que las negociaciones entre Ucrania y Rusia en Estambul se habían “suspendido”. En ese momento, el presidente Zelenski se levantó de la mesa con una posición de aparente fuerza moral y apoyo occidental inquebrantable. Tres años después, Kiev enfrenta condiciones diametralmente opuestas: una crisis interna de corrupción y un frente militar que se desmorona.

La sociedad ucraniana, agotada tras años de conflicto, manifiesta un creciente descontento impulsado por dos factores críticos: la corrupción y la inseguridad energética.

Entre el 10 y el 12 de noviembre de 2025, la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) destapó una red de sobornos masiva en la empresa estatal nuclear, a través

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