Los suspiros de alivio después de la victoria ante el Levante en Riazor han dado paso, con el discurrir de los días, a una especie de calma chicha en torno al Dépor Abanca. La escuadra deportivista se quitó una losa de encima al ganar al colista (1-0), pero la rueda de la Liga F no se detiene y obliga a mirar hacia delante con cierta inquietud. El Sevilla (12.00 horas, TVG) juzgará este sábado el estado de ánimo blanquiazul, en un duelo que probará si el triunfo de la jornada anterior es un espejismo o una realidad.
Porque la euforia de los tres últimos puntos es contenida. El cuadro deportivista venció, sí, pero no terminó de convencer. Contra el oponente más débil de la tabla, ni el juego, ni el dominio, ni el acierto fueron los esperados para un equipo que sigue evidenciando

La Opinión A Coruña

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