En México aún estamos en espera de que se haga oficial la jornada de 40 horas . Iniciativa que busca una reducción de trabajo semanal para los mexicanos. Al otro lado del mundo, la situación pinta muy distinta. En Japón, estas cargas resultan tan excesivas que hay personas que se suicidan. Como consecuencia, un negocio se encuentra en boga: empresas que renuncian a nombre de los empleados .
Vamos por partes. Para empezar, los nipones tienen un término especifico para referirse a los decesos por el trabajo excesivo. Y no es algo actual, surgió desde la década de los 80 y se llama Karoshi , que traducido al español significa literalmente "muerte por exceso de trabajo". Este fenómeno social es tan grave que, según Statista , solo en 2023 se registraron 2,900 suicidios por problemas laborales .
Pero aquí viene lo curioso, Japón no figura entre los países que trabajan más horas al año. Sin embargo, sus jornadas son exhaustivas . En 2015, la Asociación para el Fomento de la Formación Profesional en el Extranjero (AOTS) apuntó que cerca del 20% de los empleados de entre 30 y 40 años trabajaron entre 49 y 59 horas semanales , mientras que un 15% superó las 60 .
Por su parte, la CNN recabó diversos casos de empleados que perdieron la vida tras horas y horas de trabajo. Es más, hubo quienes acumularon alrededor de entre 159 y 200 horas extras laboradas en un mes. Los ejemplos más sonados fueron el de una periodista de Tokio y un joven médico de Kobe . La primera sufrió un ataque al corazón por el estrés, el segundo se quitó la vida.

Sumado a este contexto, vale la pena tomar en cuenta la estricta cultura laboral japonesa en la que los empleados se mantienen fieles a sus puestos durante años. Bajo este panorama, renunciar resulta complicado. Es así como surgen las empresas que les ayudan a dar ese paso. Si tienen el deseo de desistir, pero no saben cómo o prefieren evitar la incomodidad con sus superiores, tienen la respuesta: contratar a profesionales .
Surgida en 2022 a cargo de Shiori Kawamata, Momuri ofrece el servicio de renunciar a nombre de sus clientes. Con sede en Tokio, la firma se encarga de comunicar la declinación laboral de un empleado directamente con la empresa, así como gestionar el proceso de salida y brindar asesoría en caso de complicaciones. Como curiosidad, su traducción textual es "Estoy harto" .
Así, por solo 22,000 yenes (cerca de 2,600 pesos mexicanos) alguien más pasa ese mal rato. Pero Momuri no es la única compañía en el giro. Si bien es la líder del sector con alrededor de 40,000 consultas, han surgido decenas de agencias en Japón con este mismo servicio con tarifas que rondan los 20,000 hasta 50,000 yenes. Según Financial Times , también tienen nombres peculiares: Yametara Iinen ( "Está bien renunciar" ), Yamerun desu ( "Renunciemos" ) o Saraba ( "Adiós" ).

Como cualquier servicio, estas agencias surgen dada la necesidad de la población. Por raro que parezca, los nipones no recurren a ellas por pena sino que los mismos empleadores rechazan las cartas de renuncia de sus empleados. En el citado artículo de CNN se ejemplifica con casos de superiores que destruyen dichas cartas impidiéndoles dimitir aún cuando los empleados se arrodillan y hacen reverencias.
A su vez, se da el llamado gogatsubyō , conocido como "enfermedad de mayo". Este es otro fenómeno social en el cual la población japonesa sufre una especie de depresión posvacacional tras el periodo de la Ōgon Shūkan (Semana Dorada) a finales de abril. Por lo tanto, a las agencias como Momuri les funciona gracias al aumento de solicitudes en esas fechas. Básicamente, tienen su propia "temporada alta" .
Aunque algunos puedan decir que las nuevas generaciones "ya no aguantan" como antes, tampoco se trata de soportar tratos inhumanos por un sueldo. Más cuando este sector poblacional busca mejores oportunidades que se adecúen a sus planes a futuro si es que no se encuentran satisfechos.

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