Wicked: Por siempre retoma exactamente donde la primera parte, Wicked (2024), hizo su pausa. Elphaba (Cynthia Erivo), convertida en símbolo involuntario del mal, es relegada a extranjera en su propia tierra. Glinda (Ariana Grande), por su parte, debe confrontar la imagen en exceso luminosa que han construido de ella como contracara de la maldad de la primera.

En esa dialéctica entre lo que el poder elige celebrar y aquello que necesita sacrificar se asienta la columna vertebral de la historia. Y aquí el director, Jon M Chu logra mostrar algo más grande que la anécdota narrativa: la construcción del enemigo como estrategia de orden social.

Wicked: Por siempre justifica su existencia y la expansión de la historia, al profundizar en las subjetividades de sus personajes. Cynthia Erivo y Aria

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