Hace tiempo que Felanitx sobrevive entre dudas existenciales. Su decaimiento económico , y consecuentemente social , ha sido tan abrupto, inesperado y afronta tantas adversidades, propias y ajenas, que primero ha sido difícil de asimilar sin traumas y después complejo de remontar. De hecho, no se ha logrado pese a distintos intentos y buenas intenciones insuficientes. A la vista está y por si quedara alguna duda, las nuevas iniciativas que ahora se emprenden acaban de confirmarlo.

La verdad es que, en lo comercial, Felanitx no lo tiene fácil . Entre el potente Manacor por un lado y la zona turística por otro, le hacen la pinza y además, como todo hijo de vecino ya, debe torear con las ventas online. Pero, aún con todo ello, no hay pretexto suficiente para arrojar la toalla. L

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