La COP30 celebrada en Belém , Brasil, concluyó con la aprobación de un acuerdo climático que omite la creación de una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles , pese a la presión de más de 80 países y tras intensas negociaciones. El documento, adoptado por consenso entre casi 200 naciones, representa un compromiso mínimo que refleja las profundas divisiones entre los países productores de petróleo y aquellos que demandan mayor ambición en la lucha contra el cambio climático .

El texto final, presentado por la presidencia brasileña, no incluye ninguna mención explícita a un calendario para dejar atrás el uso de gas, petróleo y carbón, uno de los puntos más controvertidos de la cumbre. En su lugar, el acuerdo llama a acelerar la acción climática “de manera voluntaria”

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