CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La segunda fecha del Coca-Cola Flow Fest 2025 confirmó que el reguetón dejó de ser una moda para convertirse en una maquinaria cultural que opera con precisión industrial, con ecosistema de marcas, hashtags y escenarios pensados para crear millones de historias en tiempo real.
Esa economía emocional —y financiera— se sintió en cada rincón del festival. Así, este domingo 23 de noviembre llegaron miles de asistentes al Autódromo Hermanos Rodríguez dispuestos a invertir cada peso de una jornada que promedia cerca de cinco mil por persona entre entradas, bebidas, comida y transporte.
Entre los jóvenes que avanzaron hacia algún escenario, Alondra Tapia, de 22 años, calculaba que solo el domingo gastó alrededor de tres mil pesos:
“El boleto me salió en dos mil cien p

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