SAO PAULO — Mientras Brasil busca mejorar su reputación ambiental convirtiéndose en la sede de la cumbre climática de las Naciones Unidas, una propuesta para construir un ferrocarril a través de Amazonía amenaza con empañar esa imagen en medio de protestas de grupos indígenas y ambientalistas.

El proyecto ferroviario Ferrograo transportaría productos básicos, como maíz y soya, por casi 1.000 kilómetros (621 millas) desde una ciudad en el borde sur de la selva tropical hasta un puerto situado a lo largo de un importante afluente del río Amazonas. Desde allí, los productos serían transportados a un puerto más grande cerca de Belém, la ciudad anfitriona de la conferencia COP30, para su exportación a China y otros socios comerciales.

El gobierno brasileño espera avanzar con el ferrocarril

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