El Papa León XIV, el primer Papa de la Iglesia Católica nacido en la ciudad de Chicago en los Estados Unidos, como buen estadounidense, no se calla la boca cuando algo no le gusta. Y al Papa, las políticas de represión de Donald Trump en contra de los migrantes no lo tienen contento.

Lo que todos nosotros, incluido el presidente Trump debemos esperar de hoy en adelante es que este tipo de crítica ácida continúe. Un crítico de ese tamaño y de esa enorme influencia, nunca le han convenido políticamente a los presidentes de un país cuya población católica es enorme, aunque no sea la dominante.

El 4 de noviembre, en una entrevista con periodistas a las afueras del retiro papal de Castel Gandolfo, cerca de Roma, alguien le preguntó a León XIV sobre los derechos espirituales que deberían tener

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