Odio la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.

Odio la hipocresía.

Odio la violencia, la tortura, el asesinato, el secuestro, el robo.

Odio las drogas, los excesos, los fanatismos religiosos, la discriminación racial.

No sé si esos odios están incluidos en la “Ley contra el Odio” que el régimen se inventó para secuestrar a sus opositores, y que además reza que es “por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia”, aunque en realidad esa ley ha resultado un pretexto para privar de su libertad a todo el que se manifieste en desacuerdo con los desaciertos y arbitrariedades de quienes la impusieron.

Pero creo que odiar todo eso, y en su lugar amar la humildad, la generosidad, la caridad, la paciencia y la mansedumbre, la castidad, la templanza y la diligenci

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