Everton logró una de las victorias más llamativas de la temporada en la Premier League. El 1-0 sobre Manchester United quedó marcado por un hecho insólito: la expulsión de Idrissa Gueye por agredir a su propio compañero, Michael Keane, cuando apenas se jugaban 13 minutos de partido.
La acción se originó tras un error del volante senegalés, cuyo mal pase permitió un violento remate de Bruno Fernandes que por poco termina en gol para los locales. Keane, molesto por la desatención, encaró a Gueye para recriminarle la jugada. La discusión subió de tono inmediatamente y el mediocampista reaccionó con una cachetada al rostro del defensor, en una escena que sorprendió a todos.
El árbitro Tony Harrington, que estaba a pocos metros, no dudó y le mostró la tarjeta roja directa para Gueye. Lejos de

La Tercera

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