Miami. Bajo el concepto de violencia contra la mujer caben los actos u omisiones basados en género que causan daño físico, sexual, psicológico, económico o simbólico. Ocurren en el hogar, la calle, el trabajo… y también en el mundo digital .

La lógica es la misma: control, castigo o silenciamiento por ser mujer o por desafiar los roles de género, a manos de parejas, familiares, colegas o desconocidos.

La violencia digital contra la mujer se traduce en tecnologías como el arma de agresión: redes sociales, mensajería, foros, videojuegos, servicios en la nube, dispositivos conectados. “Al nombrarla, puntualizamos un terreno con reglas propias , donde viejos patrones se potencian con herramientas nuevas”, dice a EL UNIVERSAL Bárbara Gutiérrez, sicóloga, exagente de ciberseg

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