Desde hace más de dos décadas, la urbanización La Teodokilda, ubicada en la parroquia Unare, Puerto Ordaz, ha sido testigo de un progresivo deterioro que afecta de manera directa la calidad de vida de sus habitantes.

El abandono visible en la infraestructura básica, especialmente en el sistema de aguas negras, las vías de acceso y la acumulación de basura, genera una constante angustia entre la comunidad.

La realidad diaria a la que se enfrentan los vecinos es dura: calles convertidas en verdaderos caminos de piedras, donde los huecos imposibilitan el tránsito vehicular y peatonal, y lagunas de aguas fecales que corren libremente frente a las viviendas y entradas principales.

La falta de mantenimiento ha llegado a tal punto que la maleza crece sin control en ciertas vías de acceso, difi

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